Madrid

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La sede cultural del mundo hispanoparlante, la de la movida de los años ´80, de Pedro Almodóvar, la de Hemingway y Picasso, evoluciona y se transforma permanentemente.

Desde el barroco, el neoclasicismo o palacios reales, a arquitecturas post industriales, cocina de vanguardia o renovaciones urbanas de gran alcance como Madrid Río, la ciudad hace valer su peso de capital y ofrece miles de opciones contemporáneas además de sus clásicos de siempre.

El Madrid design festival y la feria Arco la vuelven cada febrero, el centro del diseño y el arte contemporáneo, visibilizando talentos emergentes en paralelo a otros ya consagrados, en pequeñas galerías independientes o Fundaciones, enriqueciendo la lectura de variedad y peso específico de las disciplinas creativas en la capital española.

En gastronomía, cafés de herencia familiar se reformulan con nuevas generaciones al mando, atrayendo a otras audiencias.

Grupos empresariales gastronómicos se expanden con propuestas e inversiones de gran escala que sorprenden al más viajado, junto a proyectos innovadores que fusionan cocinas de distintas partes del mundo, creando platos y experiencias que trascienden el típico y aún omnipresente tapeo.

El momento de las compras tiene sus opciones habituales en shoppings nuevos pero también, instalados en antiguos edificios como estaciones de trenes o sedes de periódicos.

El retail capta cadenas y firmas globales que se concentran en la calle Serrano, pero persisten también, gracias a emprendedores creativos, lugares en Chueca o Lavapiés, donde pueden encontrarse artesanías exquisitas de diversas provincias españolas, como cerámicas, tejidos en mimbre, vidrios o joyas de diseñadores locales que serán un recuerdo imborrable y diferente de sus días en la capital española.

La hotelería debe diversificarse para captar el tráfico de su aeropuerto, un hub de conexiones al resto de Europa, especialmente para Latinoamérica. Desde palacios ducales o mansiones de la época del trazado de la Gran Vía reformados de la mano de estudios de arquitectura o interiorismo locales o internacionales, en su versión boutique de lujo o más accesibles y eclécticos, son también atractivos para ver el atardecer desde sus azoteas, aperitivo  en mano.

Como bonus, varios sitios de interés a un máximo de tres horas en auto desde la ciudad: un restaurante Michelin al sur, una transformación de un convento en Salamanca, al oeste y algunas bodegas al norte,  en Logroño, la capital de los vinos, firmadas por Santiago Calatrava, Foster + Partners o Richard Rogers.